Puede que el bebé esté sufriendo de una alimentación excesiva o indigestión. Por otro lado también puede que sea alérgico a la proteína de la leche (ya sea materna o de fórmula) por lo que consultar a un pediatra es la mejor opción para salir de dudas.
Enfermedad intestinal: Los bebés suelen resfriarse fácilmente, y a veces se ponen malos de gripe intestinal lo que provoca muchos vómitos, pero no sólo eso sino que nos daremos cuenta que enseguida tiene fiebre y que además también tendrádescomposición.
Señal de otra enfermedad: Por otro lado si tu bebé tiene una enfermedad que no hemos detectado a priori, como una infección de oídos, puede que la descubramos si vemos que vomita varias veces durante el día. Atentas porque puede que tenga relación con otras enfermedades más "peligrosas" o alarmantes como pulmonía, meningitis, apendicitis y, en raros casos, síndrome de Reye.
Estenosis pilórica: Esta enfermedad suele aparecer en los primeros meses de vida del bebé. El bebé vomita ya que el músculo que va del estómago a los intestinos es tan grueso que no permite que la comida pase, de manera que el recién nacido al ingerirla la vuelve a sacar como si fuera un proyectil. Si se diagnostica es mejor que se opere cuanto antes para ahorrarnos que el bebé sufra de malnutrición, deshidratación y otros problemas de salud.
Otros motivos: Otros motivos que no serían tan graves es que el bebé toque algo tóxico como una planta o un objeto y tras llevarse las manos a la boca, acabe vomitando. También el llanto excesivo puede hacer que vomiten y normalmente si no están acostumbrados a ir en coche, puede que acaben vomitando.
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